Vi a una persona sufriendo tanto por el abandono de su padre...se sentía mal, triste, enojado, solo, culpable.
Hizo de todo para hacerlo sentir orgulloso, jamás lo vio, empezó a actuar cómo si nada le importara aunque por dentro le desgarra el alma, fingió que no lo extrañaba, pero como le dolía ver que era con sus otros hijos, y con quien no eran sus hijos, lo que no fue para él.
Creyó que era su culpa, que había hecho algo mal, y por eso su padre se había marchado...¡Que equivocado estaba! Si tal vez se hubiera puesto pensar en que no todos saben amar, que hay gente que se va porque no sabe ni que hacer consigo mismos, tal vez hubiera entendido que su padre...¡no merecía ser padre!.
Se sintió solo, creyó que nadie iba a amarlo, y no se daba cuenta que tenía mucha gente dispuesto a darlo todo, que si sabia amar, y que por más que pasara lo que pasara, no se iban a ir, no iban a huir.
Aprendió a amar, y no lo necesito, hoy puedo decir que es quien más amor brinda, y que el día de mañana, no va a cometer este terrible error que su padre cometió.
¡TODOS LOS NIÑOS MERECEN UN PADRE/ MADRE, MÁS NO TODOS LOS PADRES MERECEN TENER HIJOS!