Por una de esas casualidades el destino los junto, llegaron a conocerse profundamente volviéndose los mejores amigos, pero con el tiempo se dieron cuenta que solo era una amistad pasajera, de esas que se van y no regresan, de esas que te enseñan que no importa lo que hagas nunca debes cambiar tu forma de ser por agradarle a los demás o para complacer a una persona.
Con el tiempo dejaron de hablar como lo hacían antes, dejaron de juntarse, dejaron de verse, y con el tiempo, ya todo se volvió un recuerdo borroso de lo que había sido una linda amistad, que jamás recuperarían.
Es increíble como la vida va dando vueltas, y de un momento a otro un amigo puede convertirse en un desconocido y un desconocido un muy buen amigo.
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