A veces el dolor cala más de lo que podemos imaginar, dejando una huella profunda en quien lo sufre.
Dejando rastro en su memoria , muchas veces invisibles, y de vez en cuando saliendo a la luz por medios de recuerdos y sueños, atormentando lentamente a quien lo padece.
Muchas veces es invisible a los ojos de quién mira al doliente, quién intenta ocultar que su dolor por medio de una falsa alegría, mientras sigue siendo atormentado por las pesadillas a causa del dolor.
El dolor no solo es físico, el dolor muchas veces es mental, causado por inseguridades creadas por el otro, y este dolor es el más poderoso, puesto que es silencioso.
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